Durante el siglo xix el utilitarismo social fue un instrumento importante para el progreso de la nación mexicana. Este modelo surgió de la experiencia europea que impulsó la importancia del trabajo como instrumento decisivo para lograr el éxito económico. En este sentido, la responsabilidad laboral, comprometida y positiva, constituyó una actitud inherente a las personas en las sociedades racionales y metódicas. Dicho modelo calificó a los individuos en dos categorías: 1) sujetos útiles, ciudadanos trabajadores y productivos y 2) sujetos inútiles, es decir, sin trabajo: vagos, viciosos y delincuentes. El objetivo de este trabajo consiste en analizar la transformación de los delincuentes en sujetos útiles, según el utilitarismo social de Yucatán del siglo xix.