Este trabajo pretende mostrar, examinando las discotecas de moda entre los jóvenes de la élite meridana, cómo los discursos racistas aparecen entretejidos con los clasistas, en un espacio donde no únicamente está permitido discriminar sino que en el acto mismo radica la pertenencia a un grupo. Aunque las discotecas son sólo uno de los muchos lugares donde se manifiesta el racismo en México, se considera que este estudio es relevante porque quienes asisten a ellas no disfrazan su discurso racista y discriminatorio.