Para que una democracia sea de calidad, el sistema político deberá asegurar la comprensión informada de los ciudadanos acerca de los asuntos públicos, para lo cual los debates presidenciales son mecanismos idóneos. A través de un análisis de contenido de los debates presidenciales mexicanos de 2012, hallamos evidencia de riqueza argumentativa, aunque con ciertos aspectos simplificadores.