Intervención Gestalt grupal en pacientes con experiencia ansiosa

Abstract

Dada la gran cantidad de información cualitativa obtenida a lo largo de las sesiones grupales, describir de manera exacta el modo en el que a partir de la intervención se fueron cumpliendo con los objetivos resulta un reto interesante. Esto se debe a que, desde un método fenomenológico de intervención como lo es la terapia Gestalt, mucha de esta información relevante no resulta sencilla de explicitar o cuantificar por observadores externos, es decir, existen ciertos elementos internos de los participantes en cada momento terapéutico que escapan a la descripción literal, como información no verbal, intenciones y actos no conscientes que forman parte del campo terapéutico del grupo y que en ocasiones pueden escapar la definición explícita. De igual manera, son tantas las interacciones que se dieron a lo largo de la intervención que enumerarlas todas resultaría redundante ya que se pueden encontrar las más relevantes en los documentos de anexos. No obstante, fue en función a ello que se decidió utilizar vocalizaciones e interacciones específicas en las cuales se ejemplifique claramente el cumplimiento los objetivos planteados en la intervención. Así mismo se describirán las dinámicas, situaciones o intervenciones dentro del grupo que fomentaron el cumplimiento de estos objetivos. El presente trabajo inició con el objetivo de estudiar cómo una intervención de terapia grupal con enfoque Gestalt podía ayudar a personas que tuvieran experiencias ansiosas. Si bien éste es un término planteado en la teoría Gestalt desde una visión de estudio fenomenológica; desde una metodología clínica ortodoxa, puede resultar como un concepto general e impreciso para englobar múltiples manifestaciones posibles de ansiedad (trastorno de ansiedad generalizada,ataques de pánico, trastorno obsesivo compulsivo, ansiedad social, ansiedad por duelo, impulsividad, etc.). Es justo esta aparente falta de precisión en la definición de la muestra lo que al final permitió que esta heterogeneidad importante para la conformación de un grupo terapéutico se manifestara, y ayudara a los pacientes a enfrentarse de forma más satisfactoria a su condición personal. El enfoque y las técnicas de intervención utilizados fueron de la terapia Gestalt, sin embargo, el hecho de que fuera una intervención grupal también llevó la atención hacia los elementos terapéuticos que se generan dentro de una terapia grupal por sí misma, independientemente del enfoque de intervención. Es por esto que se tomaron en consideración como elementos de estudio los factores terapéuticos de la terapia de grupo, acuñados por Irving Yalom, un autor y terapeuta existencial especializado en el estudio de grupos. A manera de metáfora se podría entender que la técnica y el método de intervención (Terapia Gestalt) es la forma en la que el grupo se mueve, guiado por los terapeutas, y los factores terapéuticos del grupo (de Irving Yalom) son el entorno por el cual el grupo se mueve. Esto implica que independientemente del enfoque de intervención, un grupo terapéutico siempre va a encontrarse en situaciones en las cuales se manifiesten los factores terapéuticos del grupo. Este estudio de caso fue un ejemplo de cómo un grupo de pacientes puede moverse en un espacio clínico guiado por terapeutas de enfoque Gestalt, de la efectividad que puede generarse en la intervención y cómo en específico el grupo se movió para generar que se manifestaran experiencias terapéuticas que les ayudaran a lidiar con sus experiencias ansiosas, por más diferentes o similares que pudieran ser entre sí. Otro elemento importante mencionado en los resultados y las conclusiones de la intervención fueron las influencias externas al grupo que se manifestaron en lo ocurrido dentro de él. En específico nos referimos a los procesos terapéuticos individuales de algunos participantes, pues de acuerdo con lo reportado por los pacientes parece que influyó en su desempeño y su manera de desenvolverse dentro del grupo. La terapia grupal fue efectiva en sí misma, sin embargo, parece que el acompañamiento individual potencia el efecto terapéutico. Una probable causa de esto, es el hecho de que la terapia individual brinda un espacio personal donde asimilar e integrar los aprendizajes en el grupo y esto crea una mutua influencia en los procesos individuales y grupales de los participantes, no parece ser un requisito para la eficacia, pero sin duda influye y ayuda a los participantes y al grupo. 6.1.1 Limitaciones Una limitación significativa del proceso fue la cantidad de sesiones realizadas, pues debido a lo establecido al inicio del proceso de intervención del presente estudio, se designó un corte a las 12 sesiones para revisar la eficacia del tratamiento. Esto no negaba que el grupo continuara más tiempo posteriormente de acuerdo con lo que necesitara, sin embargo, por la contingencia del COVID-19 no se pudo mantener el proceso de terapia grupal. Esto último resulta en una limitación debido a la misma naturaleza de la terapia de grupo. Al ser más de un paciente, el tiempo de la sesión se divide entre los participantes, a pesar de ser sesiones de dos horas, al ser seis integrantes, el tiempo se reparte. Existe una mayor amplitud en las interacciones y posibilidades de intervención terapéuticas, pero a cambio de ello se sacrifica la posibilidad de profundizar de forma específica con cada participante. Además de que cada paciente tiene una disposición y un ritmo de avance e interacción distinto, hay participantes que hablan más, o menos, tiempo, también hay interacciones que llaman a trabajar el tema especifico de algún paciente a lo largo de una sesión dada, y lo ideal es que cada miembro tenga su momento de desarrollo y trabajo. Sin embargo, esto fue lo que se vio limitado por el tiempo. En el caso específico de Patty y de Diana, por ejemplo, los terapeutas concordaron en que a pesar de que comenzaron a encontrarse los indicios de cómo profundizar en sus temas, el momento adecuado no se presentó de manera tan constante como con otros participantes. Esto no quiere decir que la intervención no les haya servido personalmente, sino que el proceso no avanzó lo suficiente como para que se desplegara la posibilidad de trabajo personal las suficientes veces como para concretarlo. Vale recalcar que no es de esperar que todos los miembros del grupo tengan los mismos ritmos o trabajen “parejo”, pero tener más tiempo para que los participantes se sintieran cómodos avanzando a su ritmo pudiera haber permitido mayor profundidad en el trabajo de cada uno (y por ende del grupo en conjunto). Otro elemento para considerar en las limitaciones del presente trabajo es la experiencia y el dominio de la terapia grupal por parte de los terapeutas. Ambos cuentan con formación en psicología (licenciatura, y para el momento de esta publicación, maestría en psicología clínica aplicada) además de un diplomado de psicoterapia Gestalt avalado por instancias oficiales. Cuentan con años de experiencia en psicoterapia individual junto su correspondiente supervisión, además de formaciones por talleres sobre psicoterapia de grupo y experiencia en manejo de grupos, por lo cual se trata de individuos competentes en el tema. Sin embargo, es notable señalar que ésta fue la primera experiencia de ambos guiando una psicoterapia en modalidad grupal. Las limitantes de esto fueron mitigadas en su mayor parte debido a que toda la intervención se realizó bajo la supervisión de expertos, pero de igual forma fue un proceso de ajuste y aprendizaje al cual los terapeutas tuvieron que adaptarse rápidamente. Es posible que terapeutas con más años de experiencia pudieran haberse ahorrado este proceso. Sin embargo, de forma interesante esto no necesariamente fue percibida como una desventaja, sino que el proceso de ajuste ayudó a fortalecer la relación terapéutica con los miembros del grupo al generarse un ambiente mutuo de aprendizaje y confianza.