El objetivo de este artículo es contrastar cómo se entiende el embarazo adolescente desde el Estado y sus políticas públicas, y desde adolescentes y sus familias que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad. Se basa en trabajo de campo con mujeres embarazadas de entre 12 y 19 años de tres municipios del estado de Quintana Roo. Si bien el embarazo adolescente presenta grandes riesgos para la salud de la madre y del neonato, así como impactos sociales y psicológicos, los contextos sociales y culturales encaminan a verlo como parte de lo esperado en los proyectos de vida de las adolescentes. Por ello, las políticas públicas deben responder a contextos socioeconómicos inmediatos y a la condición de género para poder generar estrategias reales encaminadas a la disminución de esta situación.