A pesar de las disposiciones reales para prohibir que los africanos residieran en pueblos de indios y las disposiciones en favor de matrimonios entre personas del mismo grupo indígena, las casas españolas fueron ámbitos de convivencia multiétnica, donde confluyeron los acuerdos eclesiásticos de no coartar la voluntad de los contrayentes, los intereses de los amos en favor de incrementar su servidumbre doméstica, así como sus actitudes hacia el casamiento cristiano para propiciar enlaces afromayas. El artículo analiza la composición étnica de las unidades domésticas y los factores que influyeron en las tendencias cuantitativas de las nupcias afromayas durante la fase formativa de Mérida. Los desarraigados de África y las mujeres extraídas de sus pueblos indígenas constituyeron nuevas redes interétnicas en el espacio urbano dando origen a una comunidad urbana de afromayas con su descendencia “mulata”.