Las modificaciones cefálicas artificiales en infantes estuvieron a cargo de las mujeres y fueron algunas de las prácticas más difundidas entre los mayas prehispánicos, con resultados tan diversos como visibles en los semblantes de los mayas del periodo Clásico. En este artículo se exploran sus significaciones identitarias, potencialmente étnicas, a través de los territorios mayas y más allá. Para este fin hemos revisado la cartografía de los vestigios humanos mayas, sus retratos y las inscripciones, los cuales en parte siguen la distribución de su habla en territorios políticos cambiantes y cada vez más divididos. Nuestras indagaciones trazan similitudes entre lenguas y formas cefálicas que a su vez dejan entrever antagonismos. Las diferencias se vuelven especialmente patentes entre los hablantes del ch’olano occidental, con sus testas alargadas e inclinadas, y aquellos de habla tzeltalana, zoque y k’iche’, quienes solían lucir una cabeza corta y ancha.