Este artículo tiene el objetivo de recopilar evidencias que nos ayuden a entender la manera en la que se fue construyendo la región sur de Yucatán, desde el siglo XVI hasta el XIX. Nuestro espacio de estudio es el pueblo de Peto y su jurisdicción parroquial, la cual fue evolucionando en el tiempo, decreciendo el primer territorio que fundaron los españoles, para dar paso a la formación de nuevas parroquias que se desprendieron de aquel primer gran espacio eclesiástico del siglo XVI. En ese proceso, Peto se convirtió en un curato cohesionado, delimitado, con renta suficiente y con un territorio que podía ser atendido, al menos medianamente, por un cura párroco y uno o dos sacerdotes ayudantes.
Nuestra investigación pone énfasis en 1783 cuando la parroquia estaba conformada por su cabecera, cuatro pueblos auxiliares y más de una decena de haciendas y ranchos que compartían características económicas, productivas, religiosas, geográficas e incluso históricas desde que los pueblos formaron parte de un cuchcabal prehispánico, hasta mediados del siglo XIX en que fueron el principal escenario de la violenta Guerra de Castas. Por lo mismo, nuestro discurso se remonta hasta el siglo XVI, en el mismo momento en que los españoles decidieron que Peto fuera una vicaría del clero secular, lo que posicionó a la población, desde muy temprano, entre los principales pueblos de indios que pronto se vieron invadidos con la presencia de criollos, mestizos y otras castas, quienes hallaron en Peto y su jurisdicción un interesante comercio basado sobre todo en los granos y en el algodón.