El uso de plaguicidas en la agricultura ha generado como consecuencia adicional la generación de efluentes provenientes de la limpieza y manejo del equipo empleado en la aplicación de estas sustancias. Tales efluentes pueden ocasionar la contaminación de corrientes de aguas superficiales y subterráneas al no ser dispuestas adecuadamente. Ante esta necesidad surgió la tecnología de camas biológicas para la disposición y degradación de estos contaminantes de origen agrícola. Esta tecnología es empleada en zonas de cultivo, muchas veces instaladas en los patios de las granjas a la intemperie sin protección lo que las hace vulnerable a estragos del clima como anegación por lluvia, falta de humedad por sequía e intenso calor o frío. Por estos motivos es importante evaluar el efecto de la variación de temperatura y humedad sobre la disipación de plaguicidas en la biomezcla empleada en una cama biológica. Para tal propósito se realizó un experimento de dos etapas donde primero se evaluó una cinética de disipación a condiciones consideradas ideales en una biomezcla y en la segunda etapa se sometió la biomezcla a diferentes condiciones de humedad y temperatura. Las unidades experimentales constaron de recipientes de vidrio con 2.24 g de biomezcla en promedio (rastrojo de maíz y suelo agrícola 50:50 v:v) y se les agregó una solución madre de plaguicidas (carbofurán, atrazina, 2,4-D, diazinón, glifosato); en la segunda etapa se ajustó la humedad a 20, 40, 60, 80 y 100 % de su capacidad de retención de agua y se sometieron a temperaturas de 5, 15, 25, 35 y 45 °C. La segunda prueba duró 18 días, se cuantificó el grado de disipación de los plaguicidas al término de ésta y se determinó que la influencia principal sobre la disipación de tales sustancias se le debe a la temperatura ambiental ya que los análisis indicaron que no existen efectos significativos como consecuencia de los niveles de humedad aplicados.