Evaluación de la incidencia de la vivienda social en la calidad de vida de los usuarios en el estado de Yucatán

Abstract

Mejorar la calidad de vida de los sectores más vulnerables de la población es el propósito principal en la planeación de programas sociales. Uno de los aspectos más importantes en el desarrollo de la calidad de vida familiar es la vivienda, dado que es un símbolo de identidad, protección, y convivencia. Esta investigación tuvo como objetivo principal evaluar la calidad de vida de usuarios favorecidos por programas de vivienda social en el Estado de Yucatán. La calidad de vida implica el cumplimiento de necesidades objetivas y subjetivas, el cual, en el sentido particular de la vivienda, puede ser entendida como la habitabilidad cuyo componente objetivo estudia la calidad de la vivienda, y el componente subjetivo la satisfacción de los usuarios. La evaluación se realizó a una muestra de 30 usuarios beneficiados por diferentes programas sociales en cuatro municipios del Estado, así como a sus respectivas viviendas donde residían. Se elaboraron dos instrumentos de medición para evaluar las características de la vivienda y el entorno psicosocial de los usuarios. El instrumento de evaluación de las características de la vivienda midió la calidad del terreno, la vivienda y el entorno, con una escala de puntajes de cinco valoraciones (no habitable, habitable, razonablemente buena, buena, y muy buena). Por otra parte, el instrumento de evaluación del entorno psicosocial midió los niveles de satisfacción en una escala Likert con cuatro índices (insatisfacción, aceptabilidad, satisfacción medio y satisfacción alto), donde la prueba de validez y confiabilidad obtuvo una correlación buena de la consistencia interna con un coeficiente alfa de 0.89 determinada por 30 ítems. El análisis de los datos que determinan la calidad de la vivienda señaló las siguientes valoraciones: • La evaluación total de las variables objetivas (calidad de la vivienda general) calificó a las viviendas como razonablemente buenas en un 40% y buenas en un 60%, definiendo una calidad entre regular y alto que satisfizo el componente objetivo. • La evaluación particular de las variables que calificaron únicamente el terreno y la vivienda (calidad de la vivienda parcial) obtuvo niveles más bajos de valoración, al presentarse un 3.3% como habitable, 86.7% como razonablemente buenas y 10% como buenas. Con base a esto, el entorno de localización desempeñó mayor aportación en la calidad y no la vivienda en sí, pero persistió una calidad regular relativamente aceptable. • Por otra parte, un tercer análisis de la evaluación particular (calidad de la vivienda parcial condicionada), incluyó una verificación estricta del cumplimiento de indicadores obligatorios declarados en el reglamento de construcción local, el cual indicó que hay deficiencias espaciales que afectan la habitabilidad, dado que las viviendas fueron declaradas como no habitables en un 86.7%, razonablemente buenas en un 10%, y buenas en un 3.3%. Por lo tanto, en este análisis se presentó un resultado inaceptable para el componente objetivo. Respecto al análisis del nivel de satisfacción de los usuarios, se presentaron niveles favorables con un 76.7% de los usuarios dentro de un índice medio y alto de satisfacción y el 23.3% restante en el índice de aceptabilidad. Esto declaró la percepción de agrado por la vivienda que cumple con el componente subjetivo. Por otro lado, los resultados de las correlaciones indicaron que la calidad de la vivienda no incide directamente sobre la satisfacción de los usuarios que la habitan. Finalmente, la comparación de los componentes objetivo y subjetivo identificó que para la satisfacción y calidad de la vivienda general y la parcial existe un proceso de bienestar según describió Zapf en 1984, es decir, cuando las condiciones de vida son adecuadas y las personas se sienten satisfechas. No obstante, se asignó mayor énfasis a la comparación estricta entre la satisfacción y la calidad de vivienda parcial condicionada, la cual presentó un proceso de adaptación, cuando las condiciones de vida son inadecuadas, pero las personas se perciben como satisfechas, de tal manera que solo se cumple con el componente subjetivo de la calidad de vida.