En la vivienda mínima en serie se cubre precariamente las necesidades básicas de subsistencia. Los hacedores de vivienda (institucionales y particulares) no se han ocupado de resolver, desde el seno familiar de los moradores, de sus actividades en el habitar cotidiano, aquellos satisfactores espaciales que los habitantes requieren, incluso en sus necesidades básicas de subsistencia, con mayor razón aquellas que contribuyen al desarrollo integral, en su habitar. Su preocupación es de carácter económico.
El proyecto que se presenta, investiga, desde el modelo predeterminado que reciben los habitantes de la vivienda mínima en serie, las circunstancias en que se encuentran las dimensiones personal, familiar y social en la vivienda, cómo se dan, cómo influyen estas dimensiones en la habitabilidad de la vivienda, cuáles son las consecuencias en los moradores derivadas de los espacios en que se desarrollan y cómo, de qué tipo son los límites y transiciones espaciales en esas dimensiones.
Las tres dimensiones son contempladas en el marco de la dinámica cotidiana doméstica, en la interacción entre los objetos, sujetos, lugares y espacios en que se desarrollan. En la dimensión personal se abordan las condiciones de la individualidad, de la privacidad de cada morador, indispensables para la existencia de esta dimensión. La dimensión familiar estudia la cohesión o no de las actividades conjuntas entre cada miembro de la familia. La dimensión social como resultante natural del desarrollo de las dos anteriores, es el enlace socio espacial del interior y el exterior de la vivienda. Cada una de las dimensiones interactúa en si misma, entre los sujetos, los objetos y el espacio físico que las alberga, a la vez interactúan las tres entre sí. Son afectadas por la organización, tamaño, saturación de los objetos en la vivienda, así como en las dimensiones físicas de los espacios y sus umbrales.
Las dimensiones espaciales personal, familiar y social interactúan definidas por las características y condiciones de los umbrales espaciales visuales, auditivos, olfativos, táctiles y cinestésicos, que funcionan como límite, frontera, principio, fin, transición entre los objetos, los sujetos y el espacio, en la cotidianeidad de la vivienda mínima en serie. Estos umbrales pueden ser tangibles e intangibles, los primeros como cualquier límite físico que puede configurar un espacio, limitar sonidos u olores, como una pared, muebles divisorios, barra para comer, ventanas entre otros. Los intangibles como límites invisibles entre las distancias personales, familiares, sociales, los límites auditivos, los territorios personales, familiares, sociales y comunitarios, así también, son límites en el desarrollo de las actividades de los moradores de la vivienda mínima en serie.
Esta dinámica de interacciones puede estar altamente condicionada por: las dimensiones físicas reducidas, la configuración arquitectónica, la configuración espacial, los objetos, los sujetos y los lugares dentro de la vivienda. La carencia espacial afecta mayormente a la dimensión personal, a la privacidad, en consecuencia, repercute en la familiar y luego en la social, así mismo a la inversa. Así, los umbrales espaciales determinan las características de cada dimensión, pues contribuyen para que existan; y revela que la inexistencia o la precaria posibilidad de que se den territorios para las personas en la casa, desequilibra sus requerimientos existenciales, las deslocaliza, no la ancla a un lugar suyo, que afecta la condición social, psicológica de las personas
Al no encontrar satisfactores de sus necesidades, los moradores modifican o padecen el estado de sus umbrales. Adecúan o transforman sus espacios, sus tiempos y ritmos cotidianos, condicionando la dinámica de las interacciones en las tres dimensiones, su modo de vida y su habitar.
En este proyecto se pretende contribuir a una nueva visión integral del espacio, en la vivienda mínima en serie, desde la lectura del actuar espacio-temporal de los usuarios en el seno de su vivienda, determinando los umbrales espaciales, que pueden contribuir en el desarrollo armónico de las tres dimensiones espaciales, pretendiendo encontrar cauce hacia una vivienda significativa para los moradores.