El tabaco y el alcohol son considerados sustancias lícitas, hecho que significa una naturalización y aceptación; a la par se ha considerado un problema de salud pública. La adolescencia como ciclo vital, es un proceso de cambio personal y social, en búsqueda de definiciones y afirmaciones de la identidad que pueden ir acompañadas de afectividades, percepciones y comportamientos protectores a la salud integral o bien como factores predisponentes que comprometen el porvenir.
El objetivo de este artículo es determinar la relación existente entre el consumo de tabaco y alcohol en adolescentes y las relaciones familiares y escolares.
El método es un estudio de corte cuantitativo descriptivo, observacional, transversal. Los participantes fueron 98 adolescentes del ciclo escolar 2013-2014 de una localidad suburbana de Umán, Yucatán.
Los resultados fueron que el 10.2% de los estudiantes declaró fumar. Se encontró que los que consumían tabaco tenían 20 veces más probabilidad de consumir alcohol que los que no fumaban (p< 0.01). El consumo de tabaco y alcohol entre los estudiantes revela que el 70% de los que fuman consumen alcohol. La prevalencia general reportada de consumo de alcohol fue de 10.5%. La distribución por sexo de los y las estudiantes que declararon consumir alcohol fue de 14% hombres y 6.7% mujeres.
En conclusión se resalta la importancia del entorno familiar y los pares, en el consumo de alcohol, como procesos diferenciales según las pautas locales de género, siendo marcado el comportamiento de los hombres por el consumo del padre, en el ámbito familiar, y en las mujeres con sus pares, como un hábito en el consumo de alcohol y tabaco.