En este artículo exploro cómo los mayas yucatecos emplean el silencio como una de las principales estrategias de resistencia a la asimilación, y sugiero que ayuda a explicar su indiferencia a la legislación recientemente aprobada para proteger sus derechos. En parte, baso mi análisis en conversaciones con jóvenes y abuelos, cuyas profecías y prácticas cotidianas contribuyen a la continuada fortaleza de la cultura, de cara a las políticas neocoloniales del presente. La creencia de que «no pasa nada en Yucatán» alimenta la noción de una apatía maya, pero que tiene sus raíces en los discursos oficiales y académicos que históricamente han descartado a los mayas por considerarlos irrelevantes en la esfera pública. Por último, examino cómo los mayas han adaptado sus estrategias para preservar sus autonomías, a pesar de las políticas paternalistas dirigidas a su asimilación.