El presente trabajo tiene por objetivo contribuir en el análisis de las particularidades de la experiencia migratoria coreana a México, así como de sus descendientes. Cabe mencionar que las conclusiones aquí presentadas se refieren básicamente al estado de Yucatán, ilustrando lo sucedido en el municipio de Motul. Partimos de la idea de que se trató de un grupo de personas que llegó a territorio yucateco y que vivió una rápida dispersión geográfica, lo que aunado a la falta de mujeres coreanas y la ausencia de una cadena migratoria, provocó una asimilación cultural, así como un rápido mestizaje con la población yucateca, en especial con la maya. Como veremos esta dinámica migratoria complicó la consolidación de un capital social que en términos de Alejandro Portes (2012) estableciera lazos de solidaridad y apoyo mutuo que resultaran eficaces para alcanzar, como sucedió con otros grupos migratorios, una movilidad social ascendente.