La identidad originaria es, hoy día, asumir la vida como un proceso decolonializante, donde la de-colonialidad significa desaprender lo impuesto. En este artículo reflexionamos en torno a las vicisitudes que atraviesan los psicólogos educativos al trabajar con jóvenes mayas en escuelas y comunidades. Todo esto forma parte de una investigación que aborda la identidad maya juvenil, trastocada históricamente por las escuelas y otros dispositivos del colonialismo. El giro metodológico que proponemos, requiere y apunta a hacia una re-reflexión. Lo que planteamos son procesos necesarios para que surja una razón decolonializante y decolonizada, implicándonos en la realidad histórica con quienes trabajamos, a fin de contribuir a la construcción de procesos de inter-culturización educativa, siempre en un marco de respeto hacia la cultura originaria.