Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) incluyen a la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón, así como los trastornos no especificados conocidos también como TANE y pueden acompañarse con otras patologías psiquiátricas. Es evidente la importancia de hacer un diagnóstico diferencial oportunamente. De todo lo anterior se reafirma la importancia de apoyarnos en el equipo interdisciplinario, donde el psicólogo y el nutriólogo tendrán papeles fundamentales en el tratamiento. Es importante recordar que el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria, no debe basarse en la medicación psicotrópica como tratamiento único o primario. Es preferible valorar la necesidad de otras intervenciones que apoyen cambios favorables en la alimentación y el peso corporal, revirtiendo efectos psicológicos de la malnutrición. Los pacientes con TCA presentan características particulares que pueden dificultar el trabajo interdisciplinario y es necesario tenerlos en cuenta y tener estrategias claras de abordaje. Los TCA se pueden presentar acompañando trastornos a nivel digestivo, endócrino, hematológico, odontológico, cardiovascular, hidroelectrolíticas, así como con cambios psicológicos y en la conducta cotidiana. Esta complejidad clínica es a la que se enfrenta el equipo interdisciplinario para el diseño de un plan de intervención para prevenir las complicaciones, recaídas y principalmente la recuperación y control de la enfermedad.